Usando objetos sólidos de diferentes materiales y dimensiones, se calcula indirectamente la densidad de estos por medio del principio de Arquímedes. Se mide la masa de cada objeto usando una balanza mecánica.
Luego se mide con la balanza la masa aparente de los objetos atándolos con un gancho a la balanza y sumergiéndolos en agua. Conocida la relación entre las masas real y aparente de los objetos, y la densidad del agua, se infiere la densidad de los materiales. Se compara posteriormente los resultados obtenidos con las densidades esperadas de cada material.