Se llena una probeta con detergente líquido, a la cual se le hacen dos marcas, una por encima y otra por debajo del nivel del detergente. Se deja caer cerca de la superficie del líquido una esfera de acero pequeña, y se mide el tiempo que tarda en recorrer el trayecto entre las marcas hechas.

Con esto se estima la velocidad de la esfera dentro del líquido. En el experimento se calculan adicionalmente las densidades del líquido y de la esfera. A partir de las medidas hechas y usando la ley de Stokes se determina la viscosidad del líquido.